"Hay muchas personas con empleo que son pobres. Tener trabajo no garantiza salir de la pobreza, más bien te petrifica en ella. No se puede vivir con 400 euros"
– Hay una renuncia a generar condiciones para mejorar la economía y una resignación frente a la situación social y el desempleo. No hay propuestas de política económica. Sus comentarios sobre la reforma laboral o el modelo formación-empleo, dando por hecho que ya está instalado en España, son una distorsión de la realidad gravísima. Si lo que entiende por formación dual es lo que ahora está en la ley, apañados vamos. Hay muchas personas con empleo que son pobres. Tener trabajo no garantiza salir de la pobreza, más bien te petrifica en ella. No se puede vivir con 400 euros.
– ¿El diálogo social tiene vida?
– No doy por recuperado el diálogo social, pero sí he notado que desde la huelga de 14-N se ha producido un cierto cambio de actitud del Gobierno. Quedó tocado y sigue muy tocado por la situación social. Si saca la conclusión de que el consenso es importante, ya daríamos un paso. Pero me temo que no hay una apuesta por ello. El diálogo social, más asentado aquí que en otros países, no ha pasado la prueba de mantenerse durante la crisis. El Gobierno solo no puede sacar al país adelante y lo cierto es que estamos mucho peor que hace dos o tres años.
– ¿Es más difícil con este Gobierno?
– Hay bastante doctrinarismo económico, mucha ideología, a la hora de tomar decisiones que afectan al modelo social. No creen en el papel de lo público y es muy difícil poder sentar bases de acuerdo con visiones antagónicas. A diferencia de anteriores gobiernos del PP, ahora se han acentuado unos rasgos o alguien ha pensado que la crisis es una oportunidad para cambiar el modelo de organización social que hemos construido entre todos en 35 años.
– ¿Lo dice por las privatizaciones?
– Poco menos que interpretan el Estado social como un lastre para el funcionamiento de la economía y de las empresas. El derecho del trabajo como cohesión es un estorbo para estas élites que creyeron que con la globalización, Europa no podía competir manteniendo el modelo social. Se trata de llevar esto con claridad a la ciudadanía para que sea ella la que dé la batalla social por su sostenimiento.
– ¿En las protestas ciudadanas en la calle, los sindicatos juegan un papel que no les corresponde?
– Tal vez porque hay una claudicación de la política. Pero no concibo un sindicato refugiado en el ámbito de la empresa, sino que también dispute en la sociedad la manera en que se distribuye la riqueza de un país, sus impuestos y cotizaciones.
– ¿En vísperas del 10ª congreso del sindicato, cómo ve el momento político?
– España huele a fin de ciclo, el impulso de la transición está bastante agotado y, probablemente, también las personas. Es imprescindible resolver la crisis político-institucional. Ese aumento de la desconfianza generalizada de la ciudadanía con todo los institucional, incluidos los sindicatos, es peligrosísimo, por el freno que supone para el inicio de una senda de recuperación económica, y ofrecer a la sociedad otra cosa distinta que no sea paro y demolición de los servicios básicos.
– ¿Otra huelga general para el 2013?
– No me gusta amagar, eso es una cosa muy seria. Me gustaría que fuese el año de la rectificación del Gobierno y de recuperación del diálogo social, pero no soy muy optimista.
Mercedes Jansa (El Periódico de Catalunya)
